jueves, 2 de agosto de 2012


EXPANSIÓN TERRITORIAL CHILENA

En la actualidad, Chile limita al Norte con Perú, al Este con Bolivia y Argentina, al Oeste con el Océano Pacífico y al Sur con el Polo Sur.

Esta es la descripción simple de una situación que, a la luz de tratados bilaterales, es hoy inamovible, en cualquier sentido. Pero para llegar a ella debió recorrerse un largo camino, plagado de vicisitudes y de sinsabores para nuestra patria. Para entenderlo, hagamos un poco de Historia.

Límites al norte
En 1810 (ver mapa más abajo), Chile estaba delimitado por las siguientes fronteras: al Norte con el Río Loa, el cual desemboca al mar en 21º27’, al poniente con el Océano Pacífico, al oriente con la cordillera de los Andes hasta la altura aproximada del volcán Maipo, en 34º10’, en el cual la línea divisoria se internaba por el macizo cordillerano (en casi 600 kilómetros) para entroncar al otro extremo con los ríos Diamante y Quinto, hasta cortar en 65º latitud Oeste de Greenwich.
El 20 de abril de 1819, en el norte del país y al sur de Iquique, que en esos momentos era territorio nacional, comienzan a gestarse los primeros conflictos de la época. Pues  Bernardo O’Higgins decreta el bloqueo de los puertos peruanos para evitar que recibieran ayuda por parte de España, que aún controlaba esos territorios.

En tanto, Bolivia continuaba su búsqueda de un puerto para  terminar con su mediterraneidad, y su primer presidente no demoró en afirmar que la ensenada de Cobija, al sur del río Loa,  pertenecía a su país. No obstante, el gobernante interino  de Perú (paradójicamente de nacionalidad boliviana), Andrés Santa María, desestimó la petición del gobierno de su país de origen. Irónicamente, en 1829, Santa María asumió como gobernante de Bolivia, y como tal comenzó a negociar con Perú un canje de territorio para conseguir Arica.

Como las negociaciones fueron infructuosas, se impulsó el desarrollo de la caleta de Cobija, la que se encontraba bajo jurisdicción chilena, por encontrase al sur del río Loa. Sin embargo, los problemas políticos internos, propios de un país en formación, consiguieron que nuestro país se desentendiera de los avances bolivianos.

Chile hasta 1881
Así, el presidente Manuel Bulnes dicta una ley que declara propiedad nacional a las guaneras ubicadas al sur de la bahía de Mejillones, prohibiéndose que algún barco cargara este producto sin permiso de las autoridades chilenas. Con esto, Chile reconoce tácitamente que su límite septentrional era Mejillones, situado en 23º latitud sur, aunque sus títulos históricas delimitaban nuestra frontera en 21º27’, en la desembocadura del Loa
En 1843, el gobierno boliviano, a través del ministro Casimiro Olañeta, solicitó la revocación de la ley dictada, pues afirmaba que su país ejercía la soberanía hasta el río Salado, situado en 26º. Posteriormente se corrigió, señalando que el río Salado se ubicaba en 26º.

El ministerio de RR.EE. de Chile, encabezado por Ramón Irarrázaval, respondió que el gobierno no podía alterar las leyes existentes sin estudiar detalladamente los títulos de dominio de ambas partes.

En 1847, Bolivia reitera los argumentos históricos en favor de sí, pero el gobierno chileno intenta solucionar el conflicto de manera amistosa y propone la acreditación de agentes en uno y otro país. El representante boliviano esgrimió entre todos sus documentos, testimonios extraoficiales de individuos que además de no haber estado jamás en la zona en litigio, establecían diferentes latitudes para ubicar al río Salado.

La presencia chilena en el desierto de Atacama, desde el paralelo 23º de mejillones hacia el sur, se mantuvo inalterable mientras el dominio de la zona no fuera modificado por un pacto internacional o por cualquier otro medio reconocido en el Derecho de Gentes.

Aunque en los primeros documentos constitucionales que se redactaron a partir de 1811 no se hizo alusión al territorio que ocupaba  nuestro país, en la constitución de 1822 se señalaron por primera vez los límites de Chile. Así, en las posteriores cartas fundamentales de 1823, 1828 y 1833 se señalaba, con algunas pequeñas modificaciones, que el territorio chileno se extendía de norte a sur, desde el desierto de Atacama al Cabo de Hornos, y de oeste a este, del océano Pacífico a la Cordillera de los Andes. Esta delimitación (errónea en lo concerniente a la cordillera de los Andes como límite, ya que a partir del paralelo 34º10' se interna hacia el Atlántico) fue aprovechada por Argentina y Bolivia para cuestionar nuestras fronteras.

En el caso de Argentina, se objetó la soberanía chilena en las regiones trasandinas de la Patagonia. Esto, porque al fijarse la cordillera de los Andes como límite chileno, se habría reconocido que la Patagonia estaba fuera de su soberanía.
Bolivia, por su parte, refutó los derechos alegados por Chile en el desierto de Atacama, argumentando que el término “desde” era excluyente del punto de partida de una cosa.

En 1863, Bolivia declara la guerra a Chile, pero la aparición de una escuadra española que exigía a Perú la reparación de los daños causados a sus súbditos, detonó un sentimiento solidario en América, que pretendía evitar cualquier intento reivindicatorio de España.

De esta manera, en 1865 estalla la guerra con España, en la cual Chile y Perú firmaron una alianza a la cual Bolivia apoyó. Esto favoreció el restablecimiento de las relaciones chileno-bolivianas, que permitió la firma de un tratado en 1866. En él, se fijaba como línea divisoria el paralelo 24 del mar a los Andes, y además se pactó la división de las ganancias obtenidas por el guano entre los grados 23 y 25, así como de las generadas por la exportación de minerales extraídos en dicha franja.
Sin embargo, Bolivia firma un pacto secreto con Perú en 1873 con el objetivo de recuperar el territorio en conflicto.
Pero nuevas negociaciones realizadas en 1874 acordaron los siguiente: Chile renuncia a sus derechos soberanos al norte del paralelo 24, pero a cambio, el gobierno boliviano se compromete a no aumentar los impuestos a las personas y empresas chilenas ubicadas en la zona, por un período de 25 años.

Bolivia, bajo el mandato de Hilarión Daza, no respetó este pacto, y se aumentaron los impuestos a los capitales chilenos, y aunque Chile hizo lo posible por solucionar este problema por la vía diplomática, la ciudad de Antofagasta -habitada principalmente por chilenos- fue ocupada por tropas Chilenas, territorio que aparecía como nuestro en el tratado de 1866.
Esto detonó la guerra contra Bolivia, país al que se alió Perú por causa del pacto secreto entre ambos países. Chile logró desarticular por completo el ejército de Bolivia, por lo que sólo las tropas peruanas siguieron en combate, las que no recibieron ninguna ayuda por parte de sus aliados bolivianos.

Finalmente, el 20de octubre de 1883, Chile y Perú firman un tratado de paz (Tratado de Ancón) que pone fin al conflicto. Posteriormente se establece un pacto de tregua con Bolivia, en 1884, el que finalmente desembocó en un tratado de paz definitiva firmado el 20 de octubre de 1904, en el cual se señalaba el dominio absoluto y perpetuo de Chile en todos los territorios ocupados en virtud del pacto de tregua. A cambio, nuestro país ofreció indemnizaciones económicas y facilidad de tránsito comercial por dichos territorios (Ver Tratado de límites con Bolivia).

Con Perú se firmó la paz en 1883. En dicho documento Perú cedía a nuestro país el territorio de la provincia de Tarapacá, que limitaba al norte con la quebrada y río Camarones; al sur, la quebrada y río Loa; por el oriente la república de Bolivia y por el poniente, el océano Pacífico.

Además se entregaba a nuestro país la administración de las provincias de Tacna y Arica por un período de diez años, los que una vez finalizados, darían paso a un plebiscito para determinar la nacionalidad de los territorios, debiendo pagar una indemnización de diez millones de pesos al país que perdiera.

Sin embargo el plebiscito no se llevó a cabo, a cambio de lo cual se firmó en Lima el 3 de agosto de 1929, un tratado que expresaba los siguiente: “El territorio de Tacna y Arica será dividido en dos partes: Tacna para Perú y Arica para Chile. La línea divisoria entre dichas partes y, en consecuencia, la frontera entre los territorios de Chile y Perú, partirá de un punto de la costa que se denominará “Concordia”, distante diez kilómetros al norte del río Lluta, para seguir hacia el oriente paralela a la vía de la Sección chilena del ferrocarril de Arica a La Paz y distante a diez kilómetros de ella, con las inflexiones necesarias para utilizar, en la demarcación, los accidentes geográficos cercanos que permitan dejar en territorio chileno las azufreras del Tacora y sus dependencias, pasando luego por el centro de la Laguna Blanca, en forma que una de sus partes quede en Chile y la otra en Perú”. El tratado de 1929 fijó definitivamente nuestras fronteras hacia el norte.

Límites al sur
A pesar de que en 1856 Chile y Argentina suscribieron un tratado en el cual acordaban respetar los límites al momento de separarse de España en 1810  (Uti posidettis, “Lo que tenías poseerás”),  Argentina rompió el tratado y envió tropas a la Patagonia, enteramente chilena en ese momento. Desde ahí en adelante Chile se ha visto obligado a aceptar, por presiones argentinas, negociaciones territoriales que han mermado ostensiblemente su territorio y que, encadenadas, obligan siempre a nuevos acuerdos perniciosos.

En 1872, el gobierno argentino articuló un controversia sobre la soberanía patagónica y propuso circunscribir el creado litigio a las tierras que circundaban el estrecho de Magallanes y propuso una línea desde la bahía de Peckett hasta la cordillera. Chile recordó que los derechos históricos, avalados en el tratado de 1856, señalaban que los territorios nacionales se extendían hasta toda la Patagonia, cortada al norte por el río Diamante.
Pero los problemas limítrofes en el norte de nuestro país permitieron que las tropas argentinas entraran pacíficamente a la Patagonia, sin oposición.

Más tarde, obligado por la situación beligerante, Chile entregó sus derechos sobre la Patagonia firmando un tratado con Argentina en 1881, que establecía como límites de norte a sur desde el paralelo 52 de latitud, pasando por las cumbres más altas de la Cordillera de los Andes que dividan aguas. Además, en este tratado se establecía que la corona Británica arbitraría en caso de no llegar a acuerdo en situaciones beligerantes.

El estrecho de Magallanes quedó con sus dos orillas bajo jurisdicción chilena, mientras que las islas existentes sobre el Atlántico al oriente de la Tierra del Fuego y costas de la Patagonia, eran territorio argentino.

Sin embargo surgieron algunos conflictos que se aclararon en el Protocolo del 1893, que mantenía la generalidad de lo pactado en 1881, además de comprometer a ambos países a no pretender punto alguno en el Atlántico, para Chile ni Argentina en el Pacífico. La interpretación discordante que ambos países hicieron de los convenios de 1881 y 1893 terminaron por resolverse a través del arbitraje británico que entregó su informe en 1902, el que determinó (con evidente perjuicio para Chile) la repartición equitativa de los territorios en conflicto.

Pero eso no fue todo, en 1889, Bolivia entregaba secretamente parte de la Puna de Atacama -territorio chileno- a la república Argentina. Tres años más tarde, Chile  se enteró de esta situación y reclamó sus derechos sobre el territorio, firmando un tratado de paz con Bolivia. Esta situación aumentó los roces fronterizos entre Chile y Argentina, hasta que en 1896, tras asumir la presidencia de nuestro país Federico Errázuriz Echaurren, se firmó, en 1898  un acuerdo en el que se proponía discutir el tema en una conferencia con delegados de ambos países en Buenos Aires.
Así, en 1899 y tras no llegar a total acuerdo, se fijó un límite que, si bien dejaba gran parte de la Puna para Argentina, dejaba para Chile terrenos de vital importancia.

Origen de los conflictos de límites entre Chile y sus vecinos
Al iniciarse la independencia de los pueblos americanos, se tomó como límites los que se conocían hasta ese momento, esto se denomina UTI POSSIDETIS JURIS de 1810. En estas circunstancias, nuestro país limitaba con Perú en el despoblado de Atacama.

En 1825, Simón Bolívar declaró a Cobija como el principal puerto de la República de Bolivia. Nuestro país, sin un pleno conocimiento de la situación geográfica, situación dificultada por los medios de transportes y comunicaciones, ignoró este acontecimiento, lo que dio a Bolivia la posibilidad de contar con una salida al mar, por una parte del Desierto de Atacama. La ocupación boliviana del desierto no causó gran preocupación hasta que se descubrieron riquezas minerales como el guano y el salitre.

En 1866, Chile y Bolivia firmaron un Tratado de Límites, en que se determina que el Paralelo 24º de Latitud Sur sería la frontera entre los dos países, pero que entre los paralelos 23º y 25º de Latitud Sur, existiría una zona de explotación "a medias" entre ambas naciones. Sin embargo la aplicación de este tratado fue un fracaso.
Por otra parte, Perú y Bolivia firmaron un pacto de ayuda en caso de agresión, este acuerdo se llama Tratado Secreto de 1873. Lo anterior significaba que en caso de que uno de los países tenga algún problema con otro Estado, el país aliado debe ayudarlo. (ART 1°)

En 1874 se firmó un nuevo Tratado de Límites con Bolivia, donde se marca definitivamente la frontera en el Paralelo 24º de Latitud Sur. Esta situación afectó a los mineros chilenos al norte de éste Paralelo, por lo que Chile consiguió que por un período de 25 años no se les subieran los impuestos a las industrias salitreras chilenas allí instaladas.
En 1878, Hilarión Daza asume el gobierno de Bolivia, y decide subir los impuestos del salitre a los capitales chilenos en 10 centavos por quintal de salitre, violando el Tratado de 1874. Como los chilenos se niegan a pagar, el gobierno boliviano ordena el remate de las industrias salitreras chilenas.

El tema de Tierra del  fuego
El archipiélago fueguino pertenece hoy a dos países: Argentina y Chile. Además cada país tiene sus propias divisiones políticas internas subdividiéndose en departamentos, jurisdicciones, comunas, etc. Pero en sí podemos decir que está situado entre los paralelos 52° y 56° de latitud Sur y los 63° y 73° de longitud Oeste de Greenwich. La superficie total es de aproximadamente 65.000 km cuadrados, de los cuales 20.898 km2 son argentinos y el resto le corresponde a Chile.
Comparando el área que ocupa podríamos decir que su tamaño es alrededor de las 3/4 partes de Irlanda. La parte argentina da como resultado una superficie algo menor que El Salvador y la chilena un poco mayor que la superficie de Suiza. La latitud de la zona correspondería, en el hemisferio norte, a la que ocupan las ciudades de Londres, Amsterdam, Brujas, Varsovia, Berlín, Hamburgo o Copenhague solo para citar a algunas; aunque el clima de la región es totalmente diferente. La división del territorio entre ambos países está dada por el meridiano 68° 40' Oeste de Greenwich.
Las islas al sur del Beagle y desde isla Nueva al cabo de Hornos pertenecen a Chile, sin proyección hacia el océano Atlántico, según se especificó en forma definitiva en el tratado de paz y amistad firmado el 2 de enero de 1985, en Roma.

Estrecho de Magallanes
Con la división realizada del archipiélago fueguino, en 1881, Argentina obtuvo la boca oriental del Estrecho de Magallanes (Atlántico). En el mismo tratado se establece que al norte del Estrecho exista una línea fronteriza, retirada de la costa, que desde Punta Dúngenes (sobre el Atlántico) corra hasta encontrar el "divortio aquarum" de la Cordillera de los Andes. En la práctica, Chile mantuvo en propiedad su soberanía sobre todo el Estrecho de Magallanes, salvo la boca que da sobre el Atlántico. De este modo, Argentina no accedió a territorios sobre el Estrecho de Magallanes manteniendo Chile tanto la franja costera de Tierra del Fuego como la parte continental.

Patagonia: desde la independencia hasta 1881ª
Artículos principales: Patagonia, Patagonia Argentina y Patagonia Chilena
Contra la creencia popular, en los textos de la Constituciones Chilenas de 1823 y de 1833, se delinean los límites del país de la siguiente manera:

"Artículo 4.° El territorio de Chile comprende de norte a sur, desde el despoblado de Atacama hasta el Cabo de Hornos; y de oriente a poniente, desde las cordilleras de los Andes hasta el mar Pacífico, con todas las islas adyacentes, incluso el archipiélago de Chiloé, las de Juan Fernández, Mocha y Santa María." (Constitución Política y Permanente del Estado de Chile de 1823)

"Artículo 1.º El territorio de Chile se extiende desde el Desierto de Atacama hasta el Cabo de Hornos, y desde las Cordilleras de los Andes hasta el Mar Pacífico, comprendiendo el Archipiélago de Chiloé, todas las Islas adyacentes, y las de Juan Fernández." (Constitución Política de la República de Chile de 1833)
Posteriormente al Tratado de 1881, la Argentina oficializó la posesión centenaria de una zona de más de 1.200.000 km², lo cual marcaría la posesión efectiva de la Patagonia Oriental por el Virreinato del Río de la Plata, y su continuidad histórica, las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Evolución del territorio hacia el Sur
Toma de posesión del Estrecho de Magallanes la ocupación de los territorios del extremo sur, se había visto postergada por la inestabilidad política y luego por la guerra contra la confederación. Franceses e ingleses habían mostrado interés por ocupar la zona del Estrecho de Magallanes, ya que constituía un punto de comercio marítimo estratégico en el período pues era una ruta obligada para conectar la economía internacional transatlántica y transpacífica.
Frente a esto el Estado chileno organizó una expedición a cargo del capitán Juan Williams Rebolledo para tomar posesión de estos territorios. Como resultado de este esfuerzo en 1843 se fundó el fuerte Bulnes y en 1848 se fundó la ciudad de Punta Arenas.

La Colonización alemana del sur la zona del territorio nacional que corresponde a la actual X región, se encontraba también completamente despoblada. El gobierno de Manuel Bulnes designó a Vicente Pérez Rosales como agente colonizador de los territorios del sur., quien realizó gestiones en Europa para traer colonos alemanes a poblar esos territorios. Los primeros colonos llegaron a Valdivia en 1851.

Incorporación de la Araucanía
En este proceso intervienen factores políticos y económicos:
Por una parte significaba un “corte” o interrupción en la soberanía y por otra, coincvide con el ciclo triguero que requiere de nuevas tierras para incrementar la producción.

Es por ello que se inicia desde la década de 1860 – bajo la República liberal – una pol´´itica de ocupación enviando colonos, estableciendo fuertes, caminos etc.

Finalmente(1883), concluida la Guerra del Pacífico, el ejército es enviado a la zona, las comunidades indígenas son despojadas de sus tierras y “reubicadas” en tierras agrícolas de peor calidad conocidas como reducciones indígenas

Evolución del límite oriental (Argentina)
En el caso de este límite Chile no solucionó sus problemas limítrofes por medio de un conflicto armado sino más bien por medio de la diplomacia (firmando en 1881 un tratado a cuerdo)

Según éste:
El límite natural entre Chile y Argentina es la Cordillera de los Andes en sus más altas cumbres divisorias de aguas. Con esto Chile sus derechos sobre la Patagonia – terreno subestimadoi por la clase dirigente que no ve un potencial económico
Por otra parte, Tierra del Fuego fue dividida en un sector (oeste) para Chile y otro para Argentina.
El Estrecho de Magallanes y las islas del sur del canal Beagle siguen en manos chilenas

Incorporación Isla de Pascua
En 1888 El 9 de Diciembre de 1888, el Capitán de Navío Policarpo Toro toma posesión de la Isla en nombre del Gobierno de Chile, pasando a formar parte de nuestra soberanía

miércoles, 16 de mayo de 2012

Guerra Fria, El mundo Bipolar

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LA II GUERRA MUNDIAL : La furia mundial de las armas
Con casi toda Europa a sus pies, Hitler intentó crear el Nuevo Orden, que en el fondo era germanizar a este continente, sometiéndolo al dominio de lo que él llamaba la superior raza aria.
Hitler fue dando poco a poco los pasos que desencadenarían la Segunda Guerra Mundial: en marzo de 1938 invadió Austria, declarando el Anschluss (unión de Austria y Alemania); en septiembre del mismo año se anexó (ver glosario) los Sudetes, territorios checoslovacos donde la población alemana era mayoría. Posteriormente, con la ayuda de Polonia y Hungría, ocupó Checoslovaquia. Todo esto ante la impotencia de la Sociedad de las Naciones.
Preocupado por la amenaza de la Unión Soviética (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS), Hitler firmó en agosto de 1939 un pacto de no agresión con este poderoso país. Así quedó libre para invadir, el 1 de septiembre de ese mismo año, al país vecino Polonia, mediante la táctica de blitzkrieg o guerra relámpago, donde usaba su poder militar en forma intensiva y rápida. Ante esta operación, Inglaterra -apoyada por casi todos los miembros de la Comunidad Británica- y Francia declararon la guerra a Alemania. Había estallado la Segunda Guerra Mundial.


La Europa nazi : 1º FASE : 1939 - 1942
Alemania y la URSS se repartieron Polonia. Además, la Unión Soviética ocupó Finlandia y la obligó a cederle parte de su territorio. Las Repúblicas bálticas (Estonia, Lituania y Estonia) fueron incorporadas a la Unión Soviética.
Usando sus unidades blindadas y a la aviación, Hitler tuvo espectaculares victorias. En abril de 1940 las fuerzas germanas invadieron Dinamarca y Noruega. El mismo año ocuparon Holanda, Bélgica, Luxemburgo, irrumpieron en Francia y cortaron las comunicaciones de los aliados, que fueron evacuados en Dunquerque.
Del continente europeo, solo Inglaterra continuaba la lucha. Para atacarla, Hitler confió en su poderío aéreo y bombardeó numerosas veces las ciudades inglesas. Pero bajo la dirección del Primer Ministro inglés Winston Churchill, esta nación no cedió. Finalmente, el líder alemán suspendió la “batalla de Inglaterra”.
Por su parte Italia, que había entrado en guerra el 10 de junio de 1940 apoyando a Alemania, atacó a Inglaterra en el norte de África y a Grecia en los Balcanes, zona donde las fuerzas alemanas, junto a las de Hungría y Bulgaria, también invadieron Yugoslavia (abril de 1941).
Entusiasmado y convencido de que era necesario para consolidar definitivamente su poder, el 22 de junio de 1941 Hitler invadió la URSS, traicionando el pacto de no agresión mutua con este país.
Con casi toda Europa a sus pies, intentó crear el Nuevo Orden, que en el fondo era germanizar a este continente, sometiéndolo al dominio de la superior raza aria, según Hitler. Para eso creó numerosos campos de concentración (ver infografía) donde fueron enviados millares de prisioneros. En ellos murieron casi seis millones de judíos, pero también fueron asesinados europeos de otras nacionalidades y religiones.

Despierta Estados Unidos
Si bien Estados Unidos se había mantenido neutral en el conflicto, con lentitud comenzó a mostrar sus preferencias por los aliados, a los cuales ayudó económicamente, sobre todo a Inglaterra.
Sin embargo, Japón, que con su agresión a Tailandia e Indochina había provocado una gran tensión en Asia, atacó con 250 aviones, sin previa declaración de guerra, a la flota norteamericana en Pearl Harbor, Hawaii, el 7 de diciembre de 1941. Para la nación oriental, el poder de Estados Unidos en el Pacífico era un obstáculo serio a sus aspiraciones de expandirse hacia el continente asiático y las islas de la Polinesia.
Ante la agresión, Estados Unidos y los aliados (excepto la URSS) declararon la guerra a Japón. A su vez, Alemania y sus aliados (excepto Finlandia) declararon la guerra a los estadounidenses. El conflicto se había hecho mundial.

Comienza la recuperación : 2º FASE : 1939 - 1942
En 1942, el panorama era desfavorable para los aliados, ya que las potencias del Eje habían logrado grandes avances. Japón había conquistado las Filipinas, muchas islas del Pacífico y todo el sudeste de Asia. En la Unión Soviética, las fuerzas alemanas habían llegado a Stalingrado y al Cáucaso. En África, el Eje se había apoderado de Túnez, Libia, Marruecos y el general alemán Erwin Rommel parecía a punto de conquistar El Cairo. En la guerra naval, los submarinos (ver glosario) alemanes amenazaban con aniquilar a las flotas aliadas.
Sin embargo, una serie de victorias aliadas, cuyos principales países eran Inglaterra, Estados Unidos y la URSS, comenzaron a cambiar el escenario bélico.
En octubre de 1942, la victoria del mariscal inglés Bernard Montgomery en El Alamein, seguida por el desembarco de tropas norteamericanas en Argelia, constituyó un triunfo total sobre las fuerzas del Eje en el norte de África.

Se silencian los cañones
La situación en el Pacífico se volvió en contra de los japoneses. Las victorias navales del Mar de Coral y de Midway, de Estados Unidos, le permitieron desembarcar, no sin una feroz resistencia, en Guadalcanal. Comandadas por el general Douglas McArthur y los almirantes William F. Halsey y Chester W. Nimitz, comenzaron la recuperación isla por isla, lo que les permitió recobrar las Filipinas en 1945 y llegar con sus fuerzas hasta las puertas del Japón en Iwo-Jima y Okinawa.
Por otra parte, Hitler había subestimado las fuerzas soviéticas. Después de grandes avances, los nazis fueron asediados por divisiones siberianas que les hicieron retroceder. A pesar de contar con tres millones de hombres, los alemanes pierden batallas y, en febrero de 1943, el general Friedrich Von Paulus, al mando del VI Ejército alemán, es derrotado y capturado en Stalingrado. Y en el norte son las tropas de Erich Von Manstein las que caen. Hitler había fracasado rotundamente en Rusia. De hecho, el ejército soviético llegó en 1944 al interior de Polonia y Hungría, y expulsó a las fuerzas del Eje de los Balcanes.
En cuanto al poderío naval de Alemania, basado sobre todo en sus submarinos, este fue prácticamente eliminado al fin de la batalla del Atlántico.
Día “D”
Mientras las tropas soviéticas avanzaban en medio de violentas luchas hacia las fronteras orientales de Alemania, y en el centro de Italia los aliados encontraban dura resistencia germana, Estados Unidos y Gran Bretaña preparaban el asalto por el oeste.
El 6 de junio de 1944, dirigidos por el general Dwight Eisenhower, desembarcaron en Normandía, en la costa francesa, en lo que se conoce como el día “D”. Desde ahí comenzaron a avanzar, provocando la retirada de los alemanes. A fines de 1944 fueron liberadas Francia y Bélgica. Se conquistaron Grecia y Checoslovaquia.
Los sistemáticos bombardeos de la aviación aliada destruyeron ciudades alemanas, desarticularon el sistema de transporte y paralizaron la producción industrial.
La resistencia alemana se derrumbó y el 28 de abril Hitler se suicidó. Con posterioridad, el 2 de mayo, cayó Berlín en manos de las tropas soviéticas, a las que luego se les unieron las aliadas, y Alemania, totalmente en ruinas, firmó la rendición el 7 y 8 de mayo de 1945.
Meses más tarde, en agosto, y con el fin de terminar rápidamente con la resistencia japonesa, el Presidente de Estados Unidos, Harry Truman, ordenó lanzar sobre una ciudad nipona, Hiroshima, una nueva y destructora arma: la bomba atómica. En pocos segundos quedaron destruidos 60.000 edificios y murieron 64.000 personas. También Nagasaki, otra urbe japonesa, sufrió ese mes los efectos de una bomba similar. Japón se rindió incondicionalmente.
La Segunda Guerra Mundial, que dejó 22 millones de muertos, 35 millones de heridos e incalculables pérdidas materiales, había terminado.

Consecuencias de la guerra
Entre las numerosas consecuencias que dejó la Segunda Guerra Mundial, se encuentran:
· División de Alemania en cuatro zonas repartidas entre Estados Unidos, Unión Soviética, Inglaterra y Francia, aunque en 1949 quedaría dividida en la República Democrática Alemana (bajo influencia comunista o soviética) y República Federal y Democrática (con un gobierno pro-occidental y capitalista instaurado por Estados Unidos, Francia e Inglaterra).
· El juicio a los máximos dirigentes nazis sobrevivientes en la ciudad alemana de Nuremberg.
· La creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para mantener la paz mundial.
· El fin de la supremacía de Europa en el mundo a manos de dos superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética, cuya mutua desconfianza daría origen a la llamada guerra fría, que mantendría al mundo al borde de una Tercera, y tal vez, catastrófica Guerra Mundial.
· Una nueva división territorial y política del viejo continente